Aunque la solución al problema de las drogas nos corresponde a todos, son los padres quienes podrán conocer, con mayor facilidad, si sus hijos han iniciado una etapa en que la convivencia con su ámbito cotidiano (relación familiar, colegio, amigos, etc.) puede deslizarse por una pendiente peligrosa en la que las drogas aparezcan como una "vía de escape".

SI SU HIJO ES DROGADICTO, preste especial atención a estos consejos:

  • Mantenga la calma y no se alarme.
  • No le amoneste. Converse y gánese su confianza. Trate de conocer su situación real y préstele todo su apoyo.
  • no le condene sin escucharle. Trate de conseguir que se vuelva a interesar por algo; incluso, que le ayude en su trabajo. Cualquier tarea que se le encomiende, le hará sentirse útil.
  • Tenga paciencia. Cambiar su comportamiento no será fácil. Trate de estimularle para iniciar su recuperación.
  • Póngase en contacto con los centros oficiales de orientación sobre toxicomanías que funcionen en su localidad, provincia o comunidad autónoma
  • Cuando el joven esté sometido a tratamiento observe estrictamente las indicaciones del terapeuta y no ceda a las presiones a las que su hijo le someterá. Que encuentre un aliciente respecto a lo que puede obtener de su familia si él asume un papel activo en su recuperación.

EN SU MANO TAMBIÉN ESTÁ, en colaboración con otros sectores sociales, que sus hijos, y todos los suyos, no se inicien en el camino de la droga:

  • Procurándoles un hogar acogedor. Siempre es bueno que sus hijos tengan libertad para invitar a casa a sus amigos, y usted podrá conocer así sus intereses, sus problemas, sus proyectos de futuro, etc.
  • Manteniendo abiertos los canales de comunicación con sus hijos y respetando su enfrentamiento con el mundo que les rodea.
  • No consumiendo en el hogar drogas legales (medicamentos, alcohol, tabaco, etc.) de una forma que constituya el "recurso en que se ahoga" cualquier problema.